El cine como aula en las ciencias de la salud

Resumen

La medicina narrativa se erige como una herramienta diagnóstica y terapéutica en el acto clínico y una estrategia para profundizar en la relación con el paciente y con los discentes. La narrativa, vinculada habitualmente a la literatura y la escritura, encuentra en el cine un aliado insustituible. En el fondo, porque el cine nos aproxima a realidades que de otra manera serían difíciles de vivir; sentimientos como el de culpa, compasión o perdón afloran hasta la conmiseración. En la forma, porque el cine nos muestra de manera ejemplar aspectos de la comunicación difícilmente extraíbles en otras artes como son el paralenguaje y el lenguaje corporal (con su gestualidad, proxémica y quinesia). Todo ello favorece la discusión filosófica y la deliberación, tan necesarias en nuestra profesión. El cine nos permite aproximarnos a los diferentes dominios de la persona referidos a su identidad, su orientación o sus valores, todos ellos ligados a su intimidad. También nos permite analizar y reflexionar sobre procesos complejos como el de la muerte o el duelo, como la separación, el maltrato o la soledad. El séptimo arte se constituye en herramienta formativa y terapéutica sobre la que cimentar nuestros encuentros clínicos, proponiendo actitudes como la tolerancia y la comunicación no violenta, y desarrollando y ejercitando aspectos básicos de la entrevista motivacional, la escucha activa y la empatía… siempre la empatía. En este artículo proponemos películas virtuosas que nos acercan a estos contextos, realidades y emociones.